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La conquista del Este

November 27, 2004

Muchos de los que habían perdido la esperanza de convertirse en propietarios en California se están marchando hacia el Este y el desierto, porque han descubierto que la zona del llamado Inland Empire —formada por los condados de Riverside y San Bernardino— puede ofrecerles todavía la oportunidad de realizar su sueño.

“La ‘conquista del Oeste’ es ahora hacia el Este, tierra adentro y hacia el desierto”, bromea Antonio Galindo, quien tras años de vivir de alquiler en Downey, esperando llegar algún día a poder comprar en esa ciudad, se ha mudado a las montañas de San Bernardino. Este nuevo propietario prefiere no decir lo que ha pagado por su vivienda, pero señala que por el mismo precio en el condado de Orange “no hubiera podido adquirir mucho más que un garaje”.

Es que el costo de la vivienda en dicho condado —donde el precio promedio supera los 532 mil dólares, según un estudio de Data Quick Information— y en otros del sur de California, como Los Angeles —con un precio promedio en octubre de 409 mil dólares— está provocando una migración interna hacia condados como Riverside y San Bernardino. En este último el precio promedio fue de “sólo” 266 mil dólares en octubre pasado, de acuerdo con el reporte de Data Quick Information citado.

“La gran actividad inmobiliaria en esta zona no es nueva para nuestra industria, pero es verdad que se están notando aumentos significativos de proyectos de construcción en esa área”, dice Ben Bartolotto, director de investigación de la Junta de Investigación de la Industria de la Construcción (CIRB). El experto indica que la zona “es posiblemente una de las últimas asequibles dentro del estado”.

Bartolotto informa que de las 28 áreas metropolitanas en que se divide el estado, la que mayor aumento en unidades de vivienda ha tenido en los primeros nueve meses de este año ha sido la de Riverside-San Bernardino, con 6,684, una cantidad considerablemente superior a la de la segunda en la lista, Los Angeles, con 2,945 nuevas unidades.

Igualmente, tan sólo en septiembre de este año el número de permisos para viviendas en Riverside y San Bernardino aumentó en un 36.6% con respecto al mismo mes del año anterior.

Según CIRB, gracias a esta alta actividad constructora se espera que este año sea el primero desde 1989 en el que se creen más de 200 mil unidades de vivienda en California (la proyección es de 205 mil nuevas unidades en 2004). Dicha cantidad, aunque todavía inferior a la demanda —cifrada en 250 mil— reduciría en cierta medida la escasez de inventario existente en la actualidad.

“Aunque estemos hablando del crecimiento en una zona muy concreta, yo creo que los efectos sí se extienden de algún modo a todo el mercado inmobiliario californiano”, comenta Stuart Gabriel, director del Centro Inmobiliario Lusk de la Universidad del Estado de Californiacolor>.

La zona cuenta en la actualidad con unos 3.5 millones de habitantes —población que crece a un ritmo de unos 50 mil habitantes por año en ambos condados—, más del doble que hace 25 años, y según muchos el crecimiento no ha hecho más que empezar.

La población, según datos del Departamento del Censo, ha crecido en un 15.4% y en un 8.8% en los condados de Riverside y San Bernardino, respectivamente, en el período 2000-2003, lo que se compara con un 3.7% y un 3.9% en los condados de Los Angeles y Orange en dicho trienio.

¿Aumento inteligente?

La cuestión es si se trata de un “aumento inteligente”, es decir con todos los servicios que requiere un nuevo asentamiento de población, o meramente un agrupamiento de viviendas.

“Yo creo que el crecimiento en la zona se está haciendo de una forma mucho mejor que la que se dio en los años 50, cuando se crearon muchas ciudades suburbio en torno a las nuevas autopistas”, opina Gabriel, quien indica que en Inland Empire se están creando no sólo viviendas, sino zonas peatonales, comercios y otros servicios.

“Un ejemplo de ello es el Town Center en Rancho Cucamonga”, dice el experto, señalando que el proyecto se ha diseñado más como una zona para estar y pasear que solamente como un lugar donde comprar.

La industria de la construcción generó más de 10,800 millones de dólares en 2003 y creó 109,600 empleos entre los dos condados de Inland Empire, donde se construyeron unas 40 mil viviendas en dicho año, según reporta el Instituto Regional de Investigación de Sacramento (SRRI).

Robert Fountain, economista en jefe de SRRI, comenta que a diferencia de lo que ha ocurrido en muchos otros casos a lo largo de la historia del país, el boom de Inland Empire no se ha producido porque se hayan creado en esa zona áreas industriales o manufactureras.

“Aquí el factor decisivo ha sido la vivienda. Se está creando una nueva zona partiendo de cero, y se está haciendo bien, además”, comenta Fountain.

Pero los empleos en el área no son sólo dentro de la construcción.

“La misma razón que está atrayendo la construcción de viviendas, está llevando allí a muchos negocios”, dice Delores Conway, directora de Pronóstico Económico Inmobiliario Casden, que también realiza el Centro Lusk antes mencionado.

Conway explica que esto ocurre sobre todo en el caso de empresas grandes que necesitan extensas superficies, y cita como ejemplo un centro de distribución de Target, y otro de almacenamiento de Wal-Mart que están situados en esa área.

Las viviendas más asequibles del estado se ubican en el llamado High Desert, donde un 42% de los residentes del estado podría permitirse comprar una casa, según datos de la Asociación de Agentes de Bienes Raíces de California (CAR).

Porcentajes como el 28% y el 18% correspondiente a San Bernardino y Riverside, respectivamente, marcan todavía una diferencia con el 13% del condado de Orange.

A efectos logísticos (tanto para sus habitantes como para las empresas), Inland Empire tiene la ventaja de no estar tan lejos de la costa ni de las grandes metrópolis como Los Angeles que otras áreas del desierto. De todos modos, muchas familias han visto aumentar enormemente el tiempo de traslado al trabajo al mudarse a Inland Empire.

“Pero yo creo que ésa es una situación más bien temporal. Mucha gente se traslada y sigue trabajando en el centro de Los Angeles o a muchas millas, pero poco a poco al irse creando empleo en su zona su tiempo de transporte vuelve a normalizarse”, dice Stuart, quien no cree que Inland Empire vaya a convertirse en un conjunto de ciudades-dormitorio en el que habitan los trabajadores de otras zonas.